CAPACITÁNDOSE PARA PREVENIR EL ABUSO SEXUAL INFANTIL

El día 14 de Febrero, 2 misioneras de Juventud Con Una Misión (JuCUM) y una hermana de la iglesia Centro Familiar, Barrio Pirayui, viajaron a la ciudad de Ituzaingó, Corrientes, con el fin de participar en un seminario de capacitación organizado por el Equipo de Prevención de Abuso Sexual Infantil (EPASI), ampliamente reconocido en el ámbito cristiano por dedicar sus esfuerzos y recursos en combatir esta problemática. El seminario tuvo una duración de 7 días y contó con la asistencia de alrededor de 40 participantes, provenientes de distintas ciudades, países, denominaciones y áreas ministeriales.

Durante la jornada se desarrollaron temas como: Autoestima y valorización, cómo tratar con los sobrevivientes de abuso, resiliencia y reconstrucción de las personas, trato con el prójimo, entre otros. Cada uno de estos temas estuvo enfocado hacia la niñez.ffdd

Además de las charlas y contenidos teóricos, realizaron dinámicas grupales con el fin de poner en práctica lo aprendido. Estas actividades grupales son fundamentales a la hora de trabajar en terreno porque el tener la oportunidad de hablar a los otros lo que se está viviendo y compartir experiencias, trae sanidad y ayuda en el proceso de restauración.

Las tres participantes correntinas nos cuentan que se sienten desafiadas a continuar desarrollando esta área en escuelas primarias y secundarias, y con niños y jóvenes de la comunidad.                 “Hemos visto a los niños y niñas aprendiendo a decir ´NO, este es mi cuerpo, me pertenece`. Este es el objetivo del preventor, que cada niño y niña ponga límites y detecte situaciones de riesgo para evitarlas”– Nos comenta Susi Cuevas, una de las participantes.

Existe un mensaje esperanzador de parte de estos preventores: Se puede capacitar a los niños y niñas para cuidar de sí mismos, y si alguien ha sobrevivido al abuso, la total restauración es posible. Dios puede sanar cualquier herida y trauma, sin que queden secuelas en el corazón.

Muy bien por estos preventores. Oremos para que muchos creyentes más se levanten como la voz de nuestras generaciones jóvenes. Hay mucho trabajo por hacer en este ámbito: Previniendo, informando a la comunidad, restaurando a los sobrevivientes, educando a la sociedad.